El balance estaba
lleno de besos robados, un ejercicio así sanea las cuentas de un plumazo. Sólo
hace falta un poco de habilidad para apreciarlo de un solo vistazo.
Esteban Andreu presta
servicios de mantenimiento de edificios a diversas Administraciones Públicas,
lo hace a través de contratos públicos y su facturación mensual suele ser
constante, pero, al mirar las cuentas de este año, aparece esto.
Los picos
corresponden a facturaciones puntuales extraordinarias motivadas por solucionar problemas urgentes. Cuando
las cosas se tuercen, la limitación del presupuesto que en otras ocasiones se
pone de excusa, se deja a un lado y el dinero aparece como por arte de magia.
Una huelga
inoportuna que hace que haya que suplir un servicio, una inspección inesperada
que provoca que haya que ponerse al día con celeridad en el cumplimiento de una obligación
o unas elecciones cercanas engrasan a la perfección la maquinaria de la
administración para que las cosas funcionen con una celeridad demasiado
impropia del monstruo burocrático.
Sólo hay que estar preparado para actuar y esperar,
me dice Esteban, tarde o temprano surge la oportunidad de ayudar a alguien a
apagar un fuego, a solucionarle el problema cuando ya lo tiene encima y cuando esto
sucede, pagan sin rechistar, y además, te están tremendamente agradecidos.
Haber sido
paciente, haber sabido estar en el lugar adecuado en el momento oportuno, ha
permitido a Esteban prestar servicios especiales, sin tener que competir con
otras empresas y, por lo tanto, con un margen mucho mayor. El premio, losbesos robados que se pueden ver en gráficode la evolución de la deuda de la empresa.
Sólo unos
cuantos besos más, sólo un poco de paciencia, y Esteban podrá cancelar definitivamente el leasing de la
nave.
Joaquín Puerta
PD: Las cuentas de la empresa te hablan, sólo hay que aprender a escucharlas y se convertirá en tu ventaja competitiva.
Foto: D. Lobo
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